Vitamina D baja: guía práctica para corregir un déficit dietético muy común
NutriciónSistema inmune

Vitamina D baja: guía práctica para corregir un déficit dietético muy común

Vitamina D baja: guía práctica para corregir un déficit dietético muy común

Octubre 2, 2019

Este artículo detalla el funcionamiento y los niveles adecuados de Vitamina D.

Vitamina D baja: guía práctica para corregir un déficit dietético muy común

Tiempo estimado de lectura: 10min

Actualmente, los niveles bajos, o incluso de deficiencia franca, de vitamina D (determinada como 25 hidroxi-colecalciferol o «25OHD» en las analíticas de sangre se están instaurando como una auténtica «epidemia» en todo el mundo, afectando a más de la mitad de la población y detectándose en todos los grupos de edad. ¡Especialmente si se ha sufrido de fractura osteoporótica, los niveles bajos de 25-hidroxivitamina D llegan casi al 100% de los casos!

Un análisis mundial demostró que el 88% de las muestras evaluadas presentaba niveles séricos de 25-hidroxivitamina D por debajo de 30 ng/ml (insuficiente); el 37% valores medios por debajo de 20 ng/ml (subóptimo) y hasta un 7% tienen valores medios inferiores a 10 ng/ml (déficit).

España, desafortunadamente, no es una excepción: las condiciones climáticas podrían parecer favorables para síntesis de vitamina D por exposición solar, pero la realidad es que esta síntesis es escasa en invierno y primavera. Además, se ha apuntado a causas secundarias como la falta de aporte dietético, sobreuso de protección solar en verano (cremas de factor de protección superior a 8 impiden significativamente la síntesis), pieles más pigmentadas o el uso de algunos fármacos. En nuestro país, como en el resto del mundo, la insuficiencia o incluso deficiencia de vitamina D se detecta ya en niños o jóvenes, y persiste en adultos, mujeres postmenopáusicas (osteoporóticas o no) y ancianos.

¿Qué es y cómo se detecta la hipovitaminosis D?

La vitamina D es necesaria para absorber ciertos micronutrientes a nivel intestinal (calcio, fósforo), íntimamente ligados con la salud ósea y otros procesos metabólicos. Su falta o mala absorción puede provocar enfermedades como la osteoporosis en adultos (sobre todo en edades postmenopáusicas) o raquitismo en niños. Asimismo, desde un punto de vista epidemiológico, niveles bajos de vitamina D se han asociado con la obesidad, la diabetes mellitus tipo 2, un aumento del riesgo cardiovascular, el dolor crónico, síndrome del colon irritable y un aumento de riesgo de sufrir demencia en edades avanzadas.

En el ser humano, el principal aporte proviene de la síntesis cutánea, y, en menor medida, de los alimentos (10-20%). La vitamina D3 o D2 es primero hidroxilada en el hígado, originándose el 25 hidroxi-colecalciferol (25OHD), también denominado calcifediol o calcidiol. Acto seguido, en el riñón se produce otra hidroxilación que genera la 1,25 dihidroxi-vitamina D (1,25OH2D), el metabolito hormonalmente más activo.

TABLA DE VALORES ÓPTIMOS, REPERCUSIONES EN LA SALUD Y TRATAMIENTOS

Déficit: niveles de 25-OHD: <25 nmol/L (<10ng/mL).

Posible clínica: Raquitismo/ Osteomalacia.

Tratamiento (dosis de colecalciferol): Agudo (8-12 semanas: 4.000UI/día o 300.000 UI oral 1-3 veces; 2-4 semanas: 50.000-60.000 UI/semana).

Mantenimiento: 800-2.000UI/día o 10.000 UI semana o 50.000 UI/2 semanas, 60.000 UI/mes o 100.000 UI cada 4 meses.

Subóptimo: niveles de 25-OHD: 25-50 nmol/L (10-20 ng/mL)

Posible clínica: Riesgo de enfermedad ósea.

Tratamiento (dosis de colecalciferol): Mantenimiento: 400-1.000 UI/día o 10.000 UI/semana o 60.000 UI/mes o 100.000 UI/4 meses.

A vigilar o insuficiente (dependiendo de los criterios aplicados): niveles de 25-OHD: 50-75 nmol/L (20-30 ng/mL)

Posible clínica: Asociación con enfermedades crónicas e inmunológicas.

Tratamiento (dosis de colecalciferol): 400-1.000 UI/día y recomendaciones sobre estilo de vida.

Óptimo: niveles de 25-OHD: 75-110 nmol/L (30-96 ng/mL)

Tratamiento: Un objetivo de 75nmol/L es considerado óptimo para mantener salud ósea, prevenir fracturas y cáncer colorectal. Mantener estilo de vida.

Ante este abanico de importantes repercusiones en la salud, las guías clínicas recomiendan corregir la insuficiencia, si se detecta, con la mayor rapidez posible. La ingesta mínima diaria es de 400-800UI/día, pero esto ha demostrado ser insuficiente para adultos (estas ingestas NO pueden mantener unos niveles circulantes de 50-75nmol/L, o 20-30 ng/mL, en tu organismo). Recientes estudios sugieren que el límite superior seguro es más bien de 10.000UI/día, algo difícil de alcanzar solamente mediante alimentación. Las recomendaciones generales consisten en aumentar la exposición solar, y en incluir alimentos ricos o fortificados en esta vitamina: pescados (caballa, atún, sardinas, aceite de hígado de bacalao), huevos, leche, setas o champiñones y mariscos. Como ejemplo, un vaso de leche de vaca proporciona alrededor de 100 UI de vitamina D, una lata de atún alrededor de 300 UI, y un huevo aproximadamente 120 UI.

Se recomienda la suplementación en caso de detectar déficit franco (es decir, menos de 20 ng/ml; o entre 20 y 30 ng/ml en individuos de riesgo: ancianos, en casos previos de fracturas por osteoporosis, personas con problemas en la piel o enfermedades concomitantes, que no pueden salir de casa, así como niños menores de cuatro años, embarazadas y madres que dan lactancia).

Sin embargo, existe controversia en la comunidad médica y científica acerca de las formas más eficaces de suplementación de vitamina D. Si has intentado aumentar tus niveles de esta vitamina mediante suplementos genéricos, sin prestar mucha atención a su formulación o biodisponibilidad, quizás te hayas percatado que su efecto es generalmente muy pobre, y tu analítica podría seguir mostrando niveles insuficientes. ¿Qué suplementos tomar?

Recomendaciones generales de suplementación oral de vitamina D

Si te has fijado en la anterior tabla de tratamientos médicos empíricos propuestos para la hipovitaminosis D, es evidente que existe un amplio número de opciones. ¡Si tu analítica de melio muestra claramente un déficit, debes acudir a tu médico, pues podrías requerir formulaciones de suplementación específicas y con receta! Consulta siempre con tu médico antes de iniciar cualquier tipo de suplementación vitamínica como tratamiento de déficit nutricional. Desde Melio ofrecemos distintas pruebas que te permiten medir tus niveles de Vitamina D, así como de otras vitaminas y minerales más importantes en la salud.

En caso de insuficiencia leve o niveles subóptimos, una suplementación moderada de 1.000-2.000UI/día de vitamina D3 debería ser suficiente para mantener niveles adecuados, pero no así para elevarlos en caso de déficit. Dosis mayores, basadas en peso corporal, se sitúan entre 20-80UI/kg/día. Ten en cuenta que es preferible la suplementación de vitamina D3 (colecalciferol) en lugar de D2 (ergocalciferol), pues D3 puede ser utilizada más eficazmente por el organismo. La vitamina D es, además, una vitamina liposoluble: esto implica que debería tomarse con las comidas o una fuente de grasas dietéticas, como el aceite de pescado (la grasa es un macronutriente esencial para el metabolismo de la vitamina D).

La propia fisiología de la vitamina D nos ofrece diversas alternativas para suplementación. Con aproximadamente 1.000UI/día, un 50% de la población es capaz de alcanzar los 75 nmol/L circulantes, y con 1700UI/día, hasta un 95%. La suplementación con dosis superiores, de hasta 2.000-10.000UI, no parece proporcionar beneficios adicionales, pero tampoco es tóxica. El cuerpo es capaz de metabolizar hasta 3000-5000UI (en hombres) y, curiosamente, el cuerpo deja de sintetizar vitamina D mediante la exposición solar con niveles equivalentes a 10.000UI.

Las dosis de mantenimiento son más eficaces en rangos bajos: a dosis bajas, 100UI aumentan la vitamina D sérica unos 1-2 nmol/L, 1.000UI unos 10-25nmol/L y 2.000UI 20-50nmol/L. Este aumento disminuye a dosis más altas, ya que la absorción intestinal disminuye bruscamente.

¿Y con respecto a la toxicidad? 20.000UI diarios se han asociado con toxicidad (¡se recomienda no superar los 10.000UI diarios!). Como tratamiento médico se proponen habitualmente “bolus” (ingestas muy elevadas) semanales o mensuales, y en este caso no deben superarse los 300.000UI administrados de forma aguda.

Por último, ten en cuenta que, si tu objetivo es solamente mantener unos niveles adecuados, no es recomendable ni necesario tomar dosis altas inicialmente (50.000-100.000UI en algunos estudios), pues una suplementación diaria normal es igual de efectiva.

Autor: Tomás Duraj

Referencias:

AVISO: Este artículo informativo está basado en las fuentes bibliográficas citadas a continuación y ha sido revisado por el Comité de Revisores de Melio. Todo el contenido es válido a la fecha de publicación, pero podría no incluir avances más recientes. Este blog se presenta exclusivamente con fines informativos y no constituye la práctica de Medicina, Enfermería u otros servicios profesionales de salud, incluida la prestación de asesoramiento médico, y por ende no constituye una relación médico-paciente. El uso de información o materiales vinculados desde este blog son bajo la responsabilidad del propio usuario. El contenido de este blog no pretende ser sustituto de consejo, diagnóstico o tratamiento médico.

Los enlaces dirigidos a páginas web pueden no estar disponibles por causas ajenas: agradeceremos que nos informe si cualquier referencia no está disponible para subsanar la situación.

  • Bischoff-Ferrari, H. A., et al. (2006). "Estimation of optimal serum concentrations of 25-hydroxyvitamin D for multiple health outcomes." 84(1): 18-28.

  • Cranney, A., et al. (2008). "Summary of evidence-based review on vitamin D efficacy and safety in relation to bone health." 88(2): 513S-519S.

  • Dawson‐Hughes, B., et al. (2013). "Meal conditions affect the absorption of supplemental vitamin D3 but not the plasma 25‐hydroxyvitamin D response to supplementation." 28(8): 1778-1783.

  • Glade, M. J. J. N. (2012). "A 21st century evaluation of the safety of oral vitamin D." 28(4): 344-356.

  • Grant, W. B., et al. (2010). "Health benefits of higher serum 25-hydroxyvitamin D levels in The Netherlands." 121(1-2): 456-458.

  • Heaney, R. P., et al. (2003). "Human serum 25-hydroxycholecalciferol response to extended oral dosing with cholecalciferol." 77(1): 204-210.

  • Navarro Valverde, C. and J. J. R. d. O. y. M. M. Quesada Gómez (2014). "Deficiencia de vitamina D en España:¿ realidad o mito?" 6: 5-10.

  • Papaioannou, A., et al. (2011). "A randomized controlled trial of vitamin D dosing strategies after acute hip fracture: no advantage of loading doses over daily supplementation." 12(1): 135.

  • Rigueira García, A. I. J. R. E. d. S. P. (2012). "Recomendaciones sobre suplementos de vitamina D y calcio para las personas adultas en España." 86(5): 461-482.

  • Varsavsky, M., et al. (2017). "Recomendaciones de vitamina D para la población general." 64: 7-14.

  • Vieth, R., et al. (2007). The urgent need to recommend an intake of vitamin D that is effective, Oxford University Press.

  • Vieth, R. J. T. A. j. o. c. n. (1999). "Vitamin D supplementation, 25-hydroxyvitamin D concentrations, and safety." 69(5): 842-856.