Ferropenia o déficit de hierro: una causa común de anemia. ¿Qué hacer para prevenirla?
Salud mujerNutrición

Ferropenia o déficit de hierro: una causa común de anemia. ¿Qué hacer para prevenirla?

Ferropenia o déficit de hierro: una causa común de anemia. ¿Qué hacer para prevenirla?

Julio 22, 2020

La hemoglobina es una proteína presente en los glóbulos rojos, responsable del transporte de oxígeno en la sangre. Consideramos que una persona tiene anemia cuando sus niveles de hemoglobina son inferiores a 12 g/dL en el caso de las mujeres e inferiores a 13 g/dL en el caso de los hombres.

El hierro es un componente esencial de la molécula de hemoglobina sin el cual no puede cumplir su función y su déficit (también llamado “ferropenia”) constituye la causa más común de anemia a nivel mundial. La anemia por déficit de hierro sigue siendo una de las 5 causas principales de “años vividos con calidad de vida disminuida” en los seres humanos, y la primera causa en mujeres.

Etiología y epidemiología: ¿a qué se debe la ferropenia ?

Un 25-30% de toda la población mundial sufre de anemia, siendo la del tipo ferropénico la causante del 50% de los casos totales. En los países desarrollados, como España, esta anemia es más prevalente en lactantes y niños en edad preescolar (10%), adolescentes (15%), mujeres en edad fértil (20%), gestantes (40%) y ancianos (5%).

Las causas de anemia ferropénica dependen de la edad, género y otras variables nutricionales de cada paciente. El déficit de hierro tiene múltiples causas posibles, entre las que se encuentran la ingesta insuficiente de hierro, la disminución de su absorción intestinal (como en la enfermedad celíaca o en las enfermedades inflamatorias intestinales), a la pérdida de sangre, ya sea conocida (como cirugías, traumatismos, menstruación abundante, etc) o inadvertida (especialmente en ancianos); o porque los requisitos de hierro sean superiores a la ingesta, como en el caso de embarazo o actividad física extenuante (especialmente en deportistas de alta resistencia, como corredores de carrera de larga distancia).

Las fuentes dietéticas de hierro más importantes son las semillas, cereales, legumbres y frutos secos, verduras de hoja verde, carne roja, huevo y algunos moluscos, sin considerar los productos suplementados con hierro. A continuación te proporcionamos una tabla con los alimentos más ricos en hierro y su contenido:

Además de estos, son especialmente ricos en hierro las especias como el comino (63,4 mg) , el orégano (44 mg), la albahaca (42 mg) y la pimienta (28,9 mg) entre muchas otras, por lo que si buscas aumentar la ingesta de hierro en tu dieta es una buena idea incluir especias en tus platos.

El hierro de grupo hemo es una forma de la molécula de hierro presente en las carnes rojas y que se absorbe con mayor facilidad en comparación con el hierro no-hemo: esto es relevante dado que un exceso de hierro de fuentes animales puede ocasionar una sobrecarga de hierro, mientras que un consumo de semillas, legumbres y verduras escaso, especialmente en una dieta vegetariana (hierro no-hemo, menos biodisponible), puede dar lugar a ferropenia.

La vitamina C aumenta considerablemente la biodisponibilidad del hierro no-hemo, por lo que si estás tratando de aumentar la absorción de hierro es recomendable comer alimentos ricos en hierro junto alimentos ricos en vitamina C, como los cítricos, el kiwi, las espinacas, los pimientos o el brócoli. Por otro lado, algunos polifenoles presentes en el café y en el té dificultan la absorción del hierro no-hemo, por lo que deberías evitar tomar estas bebidas durante las comidas. Los suplementos de calcio también pueden inhibir la absorción de hierro si se toman con las comidas.

Sintomatología común y diagnóstico analítico

Los pacientes con anemia suelen quejarse de fatiga, cansancio durante actividad física, disnea o empeoramiento de afecciones cardíacas previas. En niños, puede presentarse como falta de atención,déficit de aprendizaje escolar así como retraso en el desarrollo. La palidez cutánea es un síntoma clásico, pero que no aparece hasta que la hemoglobina cae por debajo de 7-8 g/dL. Un examen físico en la consulta médica podría revelar piel y conjuntiva pálida, taquicardia en reposo e insuficiencia cardíaca congestiva.

Afortunadamente, los análisis de sangre son extremadamente sensibles y específicos para detectar esta y otras causas de anemia (¡aunque requiere una correcta interpretación por parte de un médico!).

La anemia ferropénica es característicamente microcítica (glóbulos rojos de pequeño tamaño y con un ancho de distribución de glóbulos rojos (RDW) elevado) e hipocroma (hemoglobina corpuscular media (HCM) y la concentración de hemoglobina corpuscular media (CHCM) serán bajas).

Además, hay varios marcadores indicadores de que las reservas de hierro corporales se encuentran menguadas: los niveles séricos de ferritina ( < 10 µg/L), hierro sérico (<10 µmol/L) y la saturación de transferrina disminuirán mientras que aumentará la capacidad total de unión al hierro (Total Iron Binding Capacity o TBIC). La ferritina es la proteína celular que almacena el hierro (en los órganos y tejidos), el hierro sérico es la cantidad de este mineral elemental que contiene la sangre en un momento determinado, y la saturación de transferrina indica cuánto hierro hay unido a la proteína encargada de transportarlo por la sangre (no circula libremente, sino que debe estar unido a la transferrina). El TBIC es similar a la saturación de transferrina, pero mide cuánto hierro podría unirse potencialmente a la transferrina en lugar del hierro que se encuentra unido en este momento.

Un parámetro analítico conocido como índice de Mentzer (índice de hemoglobina corpuscular media/eritrocitos) permite diferenciar entre las dos causas más comunes de anemia microcítica hipocrómica: deficiencia de hierro y talasemia minor. Un índice mayor de 15 sugiere deficiencia de hierro, mientras que un índice menor de 11 sugiere talasemia menor. La prueba definitiva para descartar talasemia menor es la electroforesis de hemoglobina.

Como hemos comentado, determinar exactamente la causa de la ferropenia puede ser un proceso complejo porque existen muchos motivos posibles, lo que hace imprescindible realizar una valoración presencial por un médico y un examen completo si se detecta esta alteración en una analítica. Es posible que sea necesario realizar algún tipo de prueba complementaria para valorar el origen de la anemia, entre ellas se encuentra el test de sangre oculta en heces que puede revelar una fuente gastrointestinal de sangrado, especialmente en personas ancianas.

El gold estándar para establecer la deficiencia de hierro es una aspiración o biopsia de médula ósea seguida de tinción de hierro, ya que esta prueba no se ve afectada por la inflamación (recuerda que el hierro es un reactante de fase aguda, es decir, puede aumentar en casos de infección e inflamación). Este tipo de pruebas solamente se reservan para casos graves y cuando son necesarias por criterios médicos.

Tratamiento y manejo clínico

El tratamiento consiste, en primer lugar, en corregir la causa subyacente de pérdida de hierro o la deficiencia dietética. Si se decide aportar suplementos de hierro, debe administrarse entre las comidas, ya que es en este momento cuando el pH gástrico es menor y facilita la absorción de hierro. La suplementación de hierro debe realizarse al menos durante 3 meses para recuperar las reservas de hierro, incluso si se corrige la hemoglobina baja antes. La suplementación normalmente se hace en forma de sulfato ferroso. Los pacientes pertenecientes a grupos de alto riesgo de anemia (mujeres con sangrado menstrual abundante, donantes frecuentes de sangre, personas que siguen dietas vegetarianas estrictas) pueden tomar suplementación de forma preventiva . Sin embargo, generalizar la suplementación con hierro a toda la población no es recomendable y no existe evidencia de que sea beneficioso, pudiendo ocasionar efectos adversos como estreñimiento, náuseas, disminución del apetito y diarrea. Una ingesta adecuada de hierro en la dieta debería ser suficiente para cubrir todas las necesidades diarias en caso de que no exista ninguna enfermedad subyacente que aumente su gasto o disminuya su absorción.

La ingesta recomendada es 1,8 veces superior en personas vegetarianas (esto es porque el hierro hemo presente en productos animales es más biodisponible que el hierro no-hemo de las verduras).

Puedes encontrar un Perfil férrico completo en nuestro Perfil Plus, Perfil de entrenamiento o Test de anemia

Autor: Tomás Duraj

AVISO: Este artículo informativo está basado en las fuentes bibliográficas citadas a continuación y ha sido revisado por el Comité de Revisores de Melio. Todo el contenido es válido a la fecha de publicación, pero podría no incluir avances más recientes. Este blog se presenta exclusivamente con fines informativos y no constituye la práctica de Medicina, Enfermería u otros servicios profesionales de salud, incluida la prestación de asesoramiento médico, y por ende no constituye una relación médico-paciente. El uso de información o materiales vinculados desde este blog están bajo la responsabilidad del propio usuario. El contenido de este blog no pretende ser sustituto del consejo, diagnóstico o tratamiento médico.

Referencias

Cappellini, M. D., Musallam, K. M., & Taher, A. T. (2020). Iron deficiency anaemia revisited. Journal of internal medicine, 287(2), 153-170.

Arija, V. V., Fernández, J. B., & Salas, J. S. (1997). Iron deficiency and ferropenic anemia in the Spanish population. Medicina clinica, 109(11), 425-430.

Stevens, G. A., Finucane, M. M., De-Regil, L. M., Paciorek, C. J., Flaxman, S. R., Branca, F., ... & Nutrition Impact Model Study Group. (2013). Global, regional, and national trends in haemoglobin concentration and prevalence of total and severe anaemia in children and pregnant and non-pregnant women for 1995–2011: a systematic analysis of population-representative data. The Lancet Global Health, 1(1), e16-e25.

Base de Datos Española de Composición de Alimentos. Bedca.