Estamos acostumbrados a revisar nuestra salud únicamente cuando presentamos algún síntoma o sentimos que algo no va bien. Sin embargo, deberíamos tener la iniciativa de revisar periódicamente ciertos marcadores que son clave para asegurar un óptimo estado de salud.
Además muchos problemas de salud muestran las primeras señales como alteraciones de determinados marcadores, mucho antes de que presentemos síntomas físicos, por lo que detectar estos cambios de forma precoz, permite, en el caso de que sea necesario, aplicar un tratamiento y así evitar consecuencias más graves. En este artículo aprenderás cuáles son estos marcadores clave y por qué es importante revisarlos periódicamente.
Los 10 marcadores que consideremos más importantes para monitorizar son:
Hemoglobina glicada (HbA1c)
Creatinina y urea
Colesterol HDL (y colesterol LDL )
TSH
Hemograma
Perfil férrico
Vitamina B12
Ácido fólico
Vitamina D
Calcio (y magnesio)
Hemoglobina glicada (HbA1c)
La medición de los niveles de glucosa en sangre es esencial en la prevención y detección precoz de la diabetes y sus estadios previos (“prediabetes”). Los valores de glucosa basal en ayunas nos ayudan, pero la determinación de HbA1c (hemoglobina glicada) es esencial, al ser un marcador que nos da una idea de los niveles de glucosa en sangre presente durante los últimos 3 - 4 meses y no de forma puntual, como ocurre con la medición de la glucosa.
Creatinina (y urea)
La creatinina y urea son dos proteínas excretadas por los riñones, de ahí que la medición de sus niveles en sangre sea esencial en la determinación de la función renal. Ambos se tratan de productos de degradación de las proteínas y cuyos niveles elevados son indicativos de insuficiencia renal, dietas con un consumo excesivo de proteínas y enfermedades musculares pero también se ven alterados en otras situaciones en las que el riñón se ve afectado de manera indirecta.
Colesterol HDL y colesterol LDL
La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en nuestra sociedad y la alteración en la cantidad o proporción de los lípidos (dislipemia) es un factor de riesgo en su desarrollo. Las HDL son las lipoproteínas que se encargan de recoger el colesterol de nuestras arterias para llevarlo al hígado a su reciclaje, mientras que las proteínas de colesterol LDL son las que depositan el colesterol en las arterias. Niveles elevados de colesterol LDL y/o bajos de HDL se asocian con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares (como la enfermedad coronaria, la enfermedad vascular cerebral).
Hormona estimulante de la tiroides (TSH)
Las hormonas tiroideas regulan nuestro metabolismo teniendo efecto sobre el peso, la frecuencia cardiaca, la salud ósea, el sistema nervioso y muchos otros. La TSH es una hormona producida por la glándula pituitaria o hipófisis y que estimula la producción de T3 y T4 en la tiroides. Tiene un mecanismo de regulación negativo, de manera que niveles elevados de hormonas tiroideas reducen la producción de TSH y viceversa. Por tanto, la medición de esta hormona es útil como un primer análisis de cribado para detectar personas con alteraciones de las hormonas tiroideas. Las enfermedades tiroideas como el hipotiroidismo o hipertiroidismo afectan al 10% de la población y entre el 25-50% de los casos permanecen sin diagnosticar. Hemograma El hemograma aporta información sobre el porcentaje y el número total de las tres líneas celulares de la sangre (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas). Esta prueba es esencial en la detección de patologías frecuentes como la anemia; infecciones provocadas por virus, bacterias o parásitos, así como enfermedades graves como la leucemia o la insuficiencia medular o renal.
Perfil férrico
El perfil férrico incluye la medición de una serie de marcadores (ferritina, hierro, transferrina e índice de saturación de transferrina) que permiten el estudio del metabolismo, almacenamiento y transporte de hierro. Este mineral es esencial para la síntesis de la hemoglobina y transporte del oxígeno, de modo que niveles reducidos del mismo conducen a la denominada anemia ferropénica. Además, concentraciones elevadas también pueden provocar problemas en la salud como la hemocromatosis que conlleva la aparición de otras afecciones como la cirrosis, artritis o cardiomiopatía.
Vitamina B12
La Vitamina B12 juega un papel fundamental en la formación de glóbulos rojos y en el mantenimiento del sistema nervioso central. Su deficiencia provoca la anemia perniciosa que se caracteriza por producir pocos glóbulos rojos de gran tamaño. Además, el déficit en esta vitamina conduce a numerosas manifestaciones neurológicas y alteraciones en el feto si ocurre durante el embarazo. Las principales causas de déficit de B12 son la baja ingesta (especialmente en dietas veganas y vegetarianas) y la malabsorción gástrica.
Ácido fólico
La deficiencia en ácido fólico junto con la deficiencia en vitamina B12, son de las más prevalentes en el mundo, afectando a más del 20% y 30% de la población, respectivamente, siendo común en ancianos, mujeres embarazadas y personas veganas. Además de la anemia y los defectos en el feto mencionados previamente, niveles reducidos de ambas se relacionan con enfermedad hepática crónica (como cirrosis o hepatitis).
Vitamina D
Desde hace mucho que se sabe que la vitamina D es un elemento esencial para la asimilación del calcio y por tanto para la salud ósea, pero además, cada vez son más los estudios que señalan su importancia en el sistema inmune y en el desarrollo de enfermedades como la diabetes, hipertensión arterial, insuficiencia renal o incluso el cáncer. Aunque algunos alimentos contienen vitamina D, el 80% de los niveles de vitamina D se deben obtener exponiendo nuestra piel a la luz solar, sin embargo, debido al estilo de vida moderno en el que pasamos mucho tiempo en interiores y cubrimos la mayor parte de nuestra piel, la deficiencia de vitamina D afecta a más del 40% de la población española, especialmente en la temporada de invierno.
Calcio (y magnesio)
Estos minerales son esenciales en el mantenimiento de la masa ósea, el funcionamiento del sistema nervioso y la función muscular. La medición de los niveles de estos elementos suele realizarse de forma conjunta, ya que las alteraciones en estos minerales están íntimamente relacionadas. Este análisis detecta casos de hipo o hipercalcemia, lo que permite prevenir la osteoporosis y mantener una adecuada salud ósea, así como el estudio de otras enfermedades relacionadas con el calcio. Además, el déficit de magnesio puede provocar la aparición de alteraciones en el propio metabolismo del calcio, arritmias cardiacas, así como calambres y temblores, entre otros.
Referencias
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