Factores que podemos modificar para mejorar nuestra fertilidad
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Factores que podemos modificar para mejorar nuestra fertilidad

Factores que podemos modificar para mejorar nuestra fertilidad

Enero 20, 2022

La infertilidad se define como la imposibilidad de lograr el embarazo después de intentarlo durante 12 meses (manteniendo relaciones sexuales de forma frecuente y sin ningún método anticonceptivo). Se trata de un problema creciente en el mundo: se estima que su incidencia es de 1 de cada 7 parejas en edad reproductiva en los países desarrollados y a 1 de cada 4 en los países en vías de desarrollo, alcanzando en algunas regiones la cifra del 30%.

Las discusiones sobre fertilidad normalmente giran alrededor de la mujer. Pero en realidad, hasta en un 40% de los casos, las razones por las que una pareja no puede concebir, se deben a problemas relacionados con el hombre.

Para la mujer, existen varias razones que pueden generar una mayor dificultad para concebir, incluyendo el número y la calidad de la reserva ovárica, la regularidad del ciclo, obstrucciones en las trompas de falopio y otras enfermedades como la endometriosis o el síndrome del ovario poliquístico.

En otros casos, la infertilidad puede estar afectada por factores ambientales y de estilo de vida: el peso, la dieta, el consumo de alcohol, el tabaco, el sedentarismo, el estrés y el contacto con sustancias tóxicas son algunos de ellos. A continuación, te explicamos cómo afectan.

En cualquier caso, es importante realizar una evaluación tras varios meses intentando conseguir el embarazo. Hablar con un especialista o realizar una prueba puede ayudar a entender si es necesario un tratamiento específico.

Tanto la obesidad como el peso bajo están relacionados con problemas de fertilidad

El 30% de los hombres y el 21% de las mujeres en el mundo presentan obesidad según su índice de masa corporal (IMC).

El efecto del IMC en varones en relación con la fertilidad no está bien establecido aunque los hombres con sobrepeso u obesidad podrían presentar infertilidad a través de alteraciones endocrinas, sexuales y cambios en la temperatura testicular.

Las mujeres con sobrepeso y obesidad presentan con más frecuencia alteraciones en la fertilidad (entre otros muchos problemas de salud) y tienen más riesgo de que sus hijos presenten enfermedades al nacimiento.

La pérdida de peso en estos casos ha demostrado aumentar la frecuencia de la ovulación y mejorar la concepción de manera natural, disminuyendo la necesidad de terapias de reproducción asistida.

En el extremo contrario, las mujeres con un IMC bajo (≤ 18.5 kg/m2) pueden presentar problemas relacionados con la ovulación y alteraciones en el desarrollo del endometrio (la capa interna del útero, donde se implanta el embrión). La fertilidad en estas mujeres habitualmente mejora con la ganancia de peso aunque puede ser necesario algún tiempo para recuperar la función reproductiva normal.

Por estos motivos, presentar un IMC normal (entre 18.5 y 25 kg/m2) es ideal para evitar alteraciones de la fertilidad y complicaciones durante la gestación. Además, tener un buen IMC pregestacional se relaciona con un embarazo saludable, por encima de la ganancia de peso durante el embarazo.

Algunas dietas concretas resuelven problemas de fertilidad

Los estudios científicos sugieren que algunas dietas (o patrones dietéticos) se asocian con un menor riesgo de presentar alteraciones en la ovulación: las dietas ricas en grasas monoinsaturadas, bajas en grasas trans, dietas con alto porcentaje en proteínas de origen vegetal e hidratos de carbono de bajo índice glucémico.

Es importante seguir una dieta saludable también para evitar la hipercolesterolemia, relacionada con la infertilidad en ambos sexos.

No obstante, algunos casos concretos se pueden beneficiar de seguir dietas especiales. Uno de estos ejemplos es la dieta sin gluten en las personas con enfermedad celíaca, ya que si esta no se trata puede causar alteraciones en la fertilidad tanto en hombres como en mujeres. Estos problemas se resuelven habitualmente adoptando una dieta libre de gluten.

El consumo de alcohol disminuye la fertilidad en mujeres y hombres

El consumo del alcohol está desaconsejado durante el embarazo porque tiene efecto teratogénico (puede causar malformaciones fetales) y no existe un nivel seguro de alcoholemia para el feto.

Sobre la fertilidad, el mecanismo está menos claramente definido pero las mujeres que consumen alcohol de manera habitual tardan más en quedarse embarazadas y son con más frecuencia infértiles. La explicación fisiológica a este problema es que el consumo de alcohol aumenta la concentración de estrógenos reduciendo la secreción de FSH (hormona folículo estimulante) e impide la ovulación.

En varones, el consumo crónico de alcohol se ha relacionado con anomalías en la función gonadal: disminución de la producción de testosterona, problemas sexuales como la impotencia o disfunción eréctil, o una espermatogénesis alterada (problemas en la generación de espermatozoides).

El tabaco produce infertilidad

El consumo de tabaco tiene un efecto negativo sobre la fertilidad bien conocido tanto en hombres como en mujeres debido a la presencia en el humo de metales pesados, hidrocarburos policíclicos, nitrosaminas y aminas aromáticas.

En las mujeres altera todas las fases y funciones reproductivas (desde la ovulación a la implantación del embrión); y en hombres altera la producción, movilidad y morfología de los espermatozoides.

El sedentarismo se asocia con infertilidad en ambos sexos

El sedentarismo o ausencia de actividad física es un factor importante que afecta a la fertilidad tanto en hombres como en mujeres

El deporte realizado de manera regular mejora la calidad del semen (existen algunas excepciones como el ciclismo, que debido al aumento de temperatura que se produce en los testículos, disminuye la calidad de los espermatozoides).

Por otra parte, el consumo de testosterona o derivados y/o esteroides anabolizantes que están cada vez más extendidos entre los deportistas aficionados (ya sea de forma consciente o inconsciente debido a que un elevado porcentaje de los suplementos producidos para deportistas los contienen sin que figuren en la etiqueta), alteran el eje de las hormonas sexuales y pueden llegar a inhibir completamente la espermatogénesis, produciendo infertilidad. En la mujer pueden hacer desaparecer los ciclos menstruales.

El estrés dificulta el embarazo

Los problemas emocionales, el cansancio y el estrés intenso también repercuten sobre la fertilidad de manera negativa: disminuyendo la libido (deseo sexual), adoptando un estilo de vida menos saludable y en algunos casos de enfermedades psiquiátricas severas como la depresión, reduciendo los niveles de testosterona y alterando la producción espermática en el hombre.

El contacto con sustancias tóxicas afecta a la infertilidad

Algunos factores ambientales como tóxicos y productos contaminantes presentes en nuestro día a día disminuyen la fertilidad. Entre los tóxicos conocidos se encuentran algunos componentes de productos de limpieza, metales pesados, pesticidas y, posiblemente, el bisfenol A -BPA.

Autora: Carmen Pérez Blanco. Especialista en Endocrinología y Nutrición y médico de Melio.

Referencias

  • Fertility and infertility: Definition and epidemiology. Mélodie Vander Borght. Clinical Biochemistry. Volume 62, December 2018

  • https://www.uptodate.com/contents/optimizing-natural-fertility-in-couples-planning-pregnancy?search=optimizing-natural-fertility-in-couples-planning-pregnancy%20search%3Dfertilidad%26source%3Dsearch_result%26selectedTitle%3D1~150%26usage_type%3Ddefault%26display_rank%3D1&source=search_result&selectedTitle=1~150&usage_type=default&display_rank=1