¿Es cierto que si dejas de tomar leche te vuelves intolerante a la lactosa?
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¿Es cierto que si dejas de tomar leche te vuelves intolerante a la lactosa?

¿Es cierto que si dejas de tomar leche te vuelves intolerante a la lactosa?

Octubre 21, 2021

Durante las primeras semanas de vida los mamíferos se alimentan de la leche producida por sus madres. Sin embargo, cuando crecen, la mayoría pierden la capacidad de digerir la lactosa presente en la leche y se vuelven intolerantes. Hasta hace aproximadamente unos 10.000 años los seres humanos tampoco podían digerir la lactosa pasada la infancia, fue en este momento cuando en la zona de Europa central surgió una mutación en el ADN que confirió la capacidad de digerir la lactosa a lo largo de toda la vida. Es por esto que la intolerancia a la lactosa es menos frecuente en Europa (en España se estima que afecta al 20-40% de la población), que en países asiáticos, africanos y sudamericanos, donde en algunos países llega a afectar a más del 90%.

La intolerancia a la lactosa aparece cuando un individuo no es capaz de digerir la lactosa, el principal hidrato de carbono (azúcar), presente en la leche. En condiciones normales la lactosa es degradada en el intestino delgado por la lactasa, una enzima digestiva, en azúcares más sencillos. Posteriormente estos azúcares más pequeños pasan al interior del torrente sanguíneo y son utilizados por las células para la producción de energía.

El intestino delgado de las personas intolerantes a la lactosa o no produce esta enzima o lo hace en condiciones muy bajas, lo que impide que la lactosa se digiera correctamente. La lactosa que no es digerida dentro del intestino delgado pasa al intestino grueso, donde es fermentada por la microbiota intestinal (bacterias) produciendo ácidos grasos, gases y agua, lo que genera los síntomas característicos de la intolerancia a la lactosa.

Los signos y síntomas suelen aparecer entre 30 minutos y 2 horas después de haber consumido alimentos que contengan lactosa y pueden durar entre 4 y 8 horas normalmente. Los más comunes son:

  • Dolor abdominal

  • Distensión abdominal

  • Hinchazón

  • Gases

  • Diarrea

¿Por qué se produce la intolerancia a la lactosa?

Existen distintas causas de la intolerancia a la lactosa. La intolerancia congénita es la causa más infrecuente y consiste en una deficiencia de lactasa desde el nacimiento.

La causa más frecuente es una pérdida progresiva de la expresión del gen de la lactasa en la edad adulta debido a una predisposición genética, denominada intolerancia primaria. La edad a la que aparece la intolerancia puede variar mucho, desde la infancia hasta la adolescencia o la edad adulta.

Al contrario de lo que has podido leer o escuchar en algunos medios, varios estudios (1) han demostrado que la lactasa no es una enzima inducible, sino constitutiva. Esto quiere decir que el consumo de lácteos no va a generar que produzcas más lactasa y viceversa. Sin embargo, en los individuos con deficiencia de lactasa, la ingesta de ciertos niveles tolerables de lactosa favorece el crecimiento de bacterias que digieren la lactosa en el colon, lo que mejora su procesamiento y, posiblemente, da lugar a la reducción de los síntomas de intolerancia.

Por lo tanto, en respuesta a la pregunta del título de este artículo: No, no hay evidencia que demuestre que dejar de consumir lácteos haga que te vuelvas intolerante, pero un consumo habitual parece ser que si puede contribuir a una reducción de los síntomas en personas ya intolerantes. Más abajo te explicamos cuanta lactosa puede consumir una persona intolerante.

Por último, está la intolerancia a la lactosa secundaria a enfermedades o lesiones del intestino delgado, como la enfermedad celíaca o la enfermedad del intestino irritable. Debido a este daño las células del intestino dejan de producir la enzima lactasa y por tanto desarrollan la intolerancia.

Soy intolerante, ¿Qué pasa si tomo lactosa?

No todas las personas intolerantes presentan el mismo grado de intolerancia, mientras algunas personas pueden presentar síntomas cómo diarrea con solo un café con leche, muchas otras pueden tolerarlo sin problema.

No solo la cantidad de lactosa ingerida influye, sino también el tipo de lácteo y la forma en la que se consume: sólida o líquida; sola o acompañada de otros alimentos. Las formas líquidas (cómo en un café con leche), van a pasar mucho más rápido por el intestino delgado, llegando en alta concentración al colon donde será rápidamente fermentada. Por el contrario, si se toma en forma sólida o en combinación con otros alimentos, la lactosa tiene más tiempo para ser digerida por la poca lactasa presente en el intestino delgado, y al llegar al colon fermentará de manera más gradual.

Así mismo, no todos los lácteos tienen la misma cantidad de lactosa. Los productos lácteos fermentados (como el yogur o el kéfir), los quesos duros curados (cómo el parmesano, el cheddar o el emmental) y la mantequilla contienen muy poca cantidad de lactosa y suelen ser mejor tolerados. Además, existen suplementos de lactasa que puedes comprar en farmacias y que permiten mejorar la digestión y reducir la sintomatología cuando se toman antes de ingerir productos con lactosa.

¿Qué riesgos tiene dejar de tomar lácteos?

Los lácteos son buenas fuentes dietéticas de calcio y vitamina D, fundamentales para el crecimiento y desarrollo de los huesos y para mantener una adecuada densidad y masa ósea. Cuando se retiran los lácteos de la dieta, se corre el riesgo de sufrir deficiencias en estos nutrientes si no aumenta el aporte a través de otras fuentes dietéticas.

De hecho, un estudio realizado con más de 50.000 personas en Reino Unido (2) y con un seguimiento de 17 años observó que las personas que seguían una dieta basada en vegetales, especialmente una dieta vegana, sufrieron más fracturas óseas que los no veganos.

Esto no quiere decir que no se pueda retirar los lácteos de la alimentación y tener una buena salud ósea, pero es más importante aumentar la ingesta de otros alimentos ricos en calcio: sardinas, salmón, gambas, espinacas, judías, brócoli, garbanzos, almendras o alimentos fortificados como cereales. Así mismo, será más importante monitorizas los niveles de calcio y vitamina D, y tomar suplementación en casos necesarios.

Por último, algunas personas dejan de tomar lácteos por tener molestias digestivas y sospechar de los lácteos, pero sin tener un diagnóstico clínico que lo confirme. Esto puede llevar a enmascarar el verdadero origen de los síntomas gastrointestinales y por tanto lo más recomendable es confirmarlo o descartarlo con una prueba diagnóstica antes de decidir retirar los lácteos de la alimentación.

Referencias

  • Forsgård, R. A. Lactose digestion in humans: intestinal lactase appears to be constitutive whereas the colonic microbiome is adaptable. The American Journal of Clinical Nutrition 110, 273–279 (2019).

  • ‌Tong, T. Y. N. et al. Vegetarian and vegan diets and risks of total and site-specific fractures: results from the prospective EPIC-Oxford study. BMC Medicine 18, (2020).

  • Otra bibliografía usada para este artículo:

  • API Textbook of Medicine 2019. Chapter: 139. Edition: 2019.

  • Brüssow, H., 2013. Nutrition, population growth and disease: a short history of lactose. Environmental Microbiology, 15(8), pp.2154-2161.

  • https://www.lupus.org/news/the-gutlupus-link-how-gut-bacteria-may-impact-disease-development-and-activity (2019).

  • Lane, E. R., Zisman, T. & Suskind, D. The microbiota in inflammatory bowel disease: current and therapeutic insights. Journal of Inflammation Research Volume 10, 63–73 (2017).

  • The Gut-Lupus Link: How Gut Bacteria May Impact Disease Development and Activity. Lupus Foundation of America

  • Vuorisalo, T., Arjamaa, O., Vasemägi, A., Taavitsainen, J., Tourunen, A. and Saloniemi, I., 2012. High Lactose Tolerance in North Europeans: A Result of Migration, Not In Situ Milk Consumption. Perspectives in Biology and Medicine, 55(2), pp.163-174.