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Antes de nada, ¿qué es el CGM? Del inglés “continuous glucose monitoring”, se trata de un sistema de tecnología diseñado para medir los niveles de glucosa en sangre en tiempo real.
Los niveles de glucosa pueden variar ampliamente según tu estado fisiológico: en ayunas, los niveles son más bajos y estables, mientras que tras una ingesta (especialmente si es alta en carbohidratos simples/azúcares) pueden elevarse rápidamente hasta niveles potencialmente dañinos, forzando al organismo disminuirlos mediante la secreción pancreática de insulina.
El rango de glucosa sanguínea óptimo para una vida longeva y libre de enfermedad todavía se encuentra en debate en la comunidad científica (apuntar a unos niveles estables y “relativamente bajos”, según cada individuo, parece ser una buena idea), pero lo que sí sabemos es que es más saludable seguir una alimentación de bajo índice glicémico: conseguimos así mantener nuestra sensibilidad a la insulina y reducir el riesgo de padecer diabetes de tipo 2 y enfermedades cardiovasculares en el futuro. Si ya hemos sido diagnosticados con diabetes mellitus, esta “sugerencia” se convierte casi en una obligación, pues nuestro cuerpo ya no es capaz de regular adecuadamente la homeostasis corporal de glucosa.
Es aquí donde encontramos los dispositivos CGM, lanzados al mercado por primera vez en 1999, y destinados originalmente a diabéticos de tipo I (enfermedad en la que el páncreas no produce insulina y los pacientes deben administrarla de forma externa, vigilando muy de cerca sus niveles de glucosa sanguínea en todo momento).
Actualmente encontramos tres grandes competidores en el espacio de los monitores continuos de glucosa:
El monitor G6 de la compañía Dexcom.
El FreestyleLibre 2 de Abbott Diabetes Care (actualizado a la versión 2.0 con funciones añadidas en 2019)
El monitor S7 de Medtrum Technologies Inc.
Sus precios y disponibilidad varían ligeramente entre los distintos países de la Unión Europea. En España, un kit de inicio de Dexcom G6 (1 transmisor y 3 sensores de una duración garantizada de 10 días) se puede financiar de forma privada por aproximadamente 450€, y un Medtrum S7 (1 transmisor y 4 sensores de 14 días) por 300€. El FreeStyle Libre ofrece una alternativa más económica (1 transmisor y 2 sensores de 14 días por 170€, con cada sensor adicional por 60€).
Como ves, abordar el mundo de la monitorización de glucosa en tiempo real es una empresa costosa, especialmente si no se dispone de prescripción médica (la diabetes de tipo I, o de tipo II muy descontrolada, son las indicaciones médicas aprobadas para estos aparatos).
Y, aun así, muchas personas interesadas en optimizar y maximizar su salud, bienestar y longevidad, eligen invertir en esta tecnología para obtener información extremadamente valiosa, con retroalimentación en tiempo real sobre sus hábitos nutricionales y de ejercicio físico. ¿Está funcionando “realmente” el régimen nutricional que estás llevando a cabo? ¿El ejercicio es lo suficientemente intenso como para estimular tu sistema nervioso? Si estás haciendo ayuno intermitente, ¿cómo es tu glucosa en condiciones basales? ¿Y tras las ingestas? Toda esta información se podría obtener con decenas de mediciones individuales con glucómetros estándar, pero los CGM ofrecen una imagen mucho más global y precisa. Además, ten en cuenta que, si sigues un patrón de alimentación, rutina de ejercicio y ritmo circadiano relativamente estable, un sensor de 10-14 días te puede proporcionar toda la información que necesitas. Evidentemente, si no padeces ninguna patología grave, no es necesario llevar un monitor de glucosa de por vida.
En Melio creemos que el conocimiento sobre tu salud es una herramienta fundamental para ayudarte a tomar mejores decisiones. La monitorización en tiempo real de algunos parámetros de la fisiología humana es un complemento ideal al análisis de sangre, que investiga biomarcadores de forma más profunda y detallada. Tenemos tanta confianza que el futuro de la salud radica en una medicina personalizada y personal que los miembros de nuestro equipo se han equipado con monitores CGM para experimentar y evaluar su funcionamiento. Aquí tienes algunos ejemplos reales:
Estado basal de glucosa de un periodo de 6 horas de uno de los fundadores de Melio, William Stoddart, que habitualmente sigue una dieta baja en carbohidratos (<50g de carbohidratos al día). Las unidades de medida (a la derecha) se expresan en milimolar/litro (mmol/L) de glucosa sanguínea. La glucosa en ayunas normal se sitúa entre 3.9 y 5.6 mmol/l (70 y 100 mg/dl), que también se puede conseguir y mantener a lo largo del día practicando ayuno intermitente y/o una dieta cetogénica o baja en carbohidratos.

Un capricho (no) dietético en una heladería de Estocolmo (Suecia): la glucosa de William se dispara hasta los 10mM (180 mg/dl), y su páncreas debe trabajar a toda velocidad para reducir los niveles, con secreciones pulsátiles de insulina durante las horas siguientes (la glucosa debería caer por debajo de 7.7mM o 140mg/dl en aproximadamente 2h tras cada ingesta: lo contrario sería sugerente de un problema de resistencia a la insulina o diabetes de tipo 2).

La alimentación no es lo único que puede afectar los niveles de glucosa: observa cómo una sesión de entrenamiento de alta intensidad (HIIT), en ayunas, ha elevado los niveles de glucosa de William para satisfacer las demandas físicas del ejercicio. ¡Esto es algo bueno! Indica que el cuerpo es capaz de cambiar adecuadamente de fuentes de energía (grasas como mantenimiento en una dieta baja en carbohidratos, pasando a glucosa en ejercicio aeróbico y anaeróbico de alta intensidad): flexibilidad metabólica. Además, el ejercicio de alta intensidad mejora el consumo muscular de glucosa y la sensibilidad a la insulina a largo plazo.

No solo lo “dulce” afectará tus niveles de glucosa: debes saber que cualquier tipo de carbohidrato, en mayor o menor medida, modificará tu glucosa sanguínea. Los carbohidratos complejos (de bajo índice glucémico) son más delicados con tus picos de insulina, pero los de rápida absorción (como por ejemplo la pasta o el arroz), una vez digeridos y absorbidos como monosacáridos a través del epitelio intestinal, no son (fisiológicamente) muy diferentes a consumir unos terrones de azúcar. Kai Xie, uno de los miembros de Melio, lo ha podido comprobar personalmente con este delicioso bol de ramen.
¡No te preocupes! Si no padeces ninguna enfermedad (especialmente diabetes o resistencia a la insulina) y mantienes un peso adecuado, tu cuerpo puede enfrentarse sin problemas a una ingesta elevada en carbohidratos y recuperar la homeostasis de glucosa; sin embargo, el conocimiento es poder: si sabes que algún alimento en concreto no te sienta bien o la respuesta insulínica es exagerada, puedes tomar la decisión informada de evitarlo en tu alimentación.
En conclusión, un monitor de glucosa en tiempo real no es estrictamente necesario para llevar una alimentación y estilo de vida saludable, claro está, pero nos ofrece un aprendizaje inestimable. Habrás observado que no solamente los hábitos dietéticos influyen en tu homeostasis de glucosa: el estrés (cortisol), sea por falta de sueño o una rutina de ejercicio muy intensa, puede aumentar nuestros niveles de glucosa sanguínea.
Si bien una elevación aguda en una sesión de entrenamiento es señal de buena flexibilidad metabólica, una elevación constante, crónica, por deprivación de sueño o estrés emocional, es una situación que debe resolverse.
Si tienes interés por mantener tu salud en el mejor estado posible, hoy y en la vejez, no tengas miedo de experimentar con nuevas tecnologías y aprender mejores patrones nutricionales, de ejercicio y hábitos de vida saludables. Da tus primeros pasos con las analíticas de Melio como con el Test de resistencia a la insulina que te permite conocer si padeces resistencia a la insulina, prediabetes o diabetes y sigue investigando y aprendiendo para recuperar el control de tu salud.
Referencias:
AVISO: Este artículo informativo está basado en las fuentes bibliográficas citadas a continuación y ha sido revisado por el Comité de Revisores de Melio. Todo el contenido es válido a la fecha de publicación, pero podría no incluir avances más recientes. Este blog se presenta exclusivamente con fines informativos y no constituye la práctica de Medicina, Enfermería u otros servicios profesionales de salud, incluida la prestación de asesoramiento médico, y por ende no constituye una relación médico-paciente. El uso de información o materiales vinculados desde este blog son bajo la responsabilidad del propio usuario. El contenido de este blog no pretende ser sustituto de consejo, diagnóstico o tratamiento médico.
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